La llegada de un bebé a la familia siempre es un mar de alegrías y buenas noticias. Su llegada siempre se recibe con mucha ilusión, aunque también viene lleno mil y una tareas por hacer: que si comprar cochecito de bebé, trona, tacatá… La ropita para salir del hospital, los primeros días… Los biberones, chupetes, ropa de cama… Y un sinfín más de enseres. Pero una parte muy importante y en la que invertimos mucho tiempo es en la decoración de la habitación, ese lugar que será suyo y que seguramente guarde el mismo toque hasta que en la adolescencia lo llene de pósters. Es por eso que en el post de hoy os enseñaremos cómo decorar una habitación de bebé. ¡Atentos!
Antaño las familias no querían saber el sexo del bebé, pero ahora es algo a lo que se le da mucha importancia, pues en función de eso tanto la decoración como la ropa será de una forma u otra. En ambos casos las habitaciones suelen ser cálidas, pues favorecen el descanso, y el mobiliario en tonos blancos o crudos. A medida que crecen podemos añadir vinilos de sus personajes favoritos que contrasten con la decoración que ya existe.
Para decoración habitación para bebé niña se suele apostar por tonos rosados y lilas, incluso amarillos, aunque ese último suele ser un tono apto para ambos sexos. En las paredes podemos incorporar flores, arco iris o algún motivo alegre. En el mobiliario, no puede faltar una cajonera y una mecedora para cuando no haya manera de que duerma. No te olvides de incorporar una estantería con cuentos.
En el caso de decoración habitación para bebé niño, los tonos cambian a azulados o verdosos. Los motivos decorativos pueden ser los mismos, aunque en este caso se suele apostar también por coches o incluso monstruos graciosos. El mobiliario puede seguir siendo blanco, aunque un tono grisáceo también puede queda bonito. Si la cuna tiene forma de avión, por ejemplo, tendrá un toque más original, ¡todo niño querrá quedarse!
Pero lo más importante es que a medida que el niño o la niña crezca, pueda tener la libertad de escoger qué cosas quiere incorporar en su habitación, pues al fin y al cabo, es un espacio suyo.